sábado, 13 de abril de 2013

Cuidado con lo que sueñas


Soy una persona que no se deja llevar ciegamente por las creencias populares, pero tengo la mente abierta a lo que puede existir en el mundo. Cuando suceden cosas como la que pretendo narrar, no sé que pensar, además de que ya antes me han ocurrido situaciones similares.

De pequeño recordaba mis sueños frecuentemente, e incluso existió una etapa en la que estaba consciente de que era un sueño y podía decidir a placer que soñar, actualmente es raro que los recuerde, pero en la madrugada del 13 de abril del 2013 tuve un sueño que por lo que ocurrió después, difícilmente olvidaré.

El sueño no es el motivo de la historia, sino lo que este ocasionó. Ese sueño era uno en el que yo expresaba un profundo sentimiento de odio y rencor hacia otra persona, la actual pareja de mi ex novia. El sueño aparentemente estaba sucediendo poco antes de la actualidad, pues ése individuo y yo discutíamos y él me provocaba, hasta que al final recuerdo haberle dicho, -si te atreves a hacer eso, los mataré, la mataré a ella y te mataré a ti-, inmediatamente después de eso me percaté que estaba recostado boca abajo sobre mi cama, con los brazos debajo de mi almohada y con la cabeza apoyada en la almohada sobre el lado derecho, por lo que mi visibilidad era hacia la izquierda, pude sentir como algo hacía presión sobre la esquina superior izquierda del colchón (como cuando alguien se sienta), muy cerca de mi brazo izquierdo e inmediatamente después sentí la misma presión sobre el colchón del lado superior derecho, quería moverme, pero no podía, ni siquiera podía hablar, quería mover mi brazo derecho, tratando de golpear con el codo lo que fuera que estuviera ahí y no podía ver por no ser capaz de mover la cabeza, al mismo tiempo sentía como se movía el aire frente a mi cabeza, era algo que se movía igual que lo hace un limpiaparabrisas, ocasionando el efecto de un abanico, y en los pies comencé a sentir el aire más frío que en el resto del cuerpo. Fueron solo segundos, pero realmente fue algo desesperante, hasta que de alguna manera, pude articular en mi mente las palabras “en el nombre del padre, del hijo y del espíritu santo”, una vez terminado este pensamiento, finalmente pude moverme, fue como si hubiera estado soñando, me encontraba en la misma posición, boca abajo y con las manos debajo de la almohada, mi espalda me dolía como si algo la hubiera estado presionando muy fuerte, me di vuelta, me quedé pensando un rato, me persigné y después de unos pocos minutos supe que eran las 3:48 am; después de estar un rato divagando sentí como una lágrima se deslizaba fuera de mi ojo derecho y luego otra del izquierdo, sentía una gran angustia y no quería volver a dormirme, al final lo hice y desperté con la luz del día.


Ya con más calma traté de encontrarle una explicación a lo ocurrido, la espalda aún me dolía y fue cuando pasó por mi mente que el odio que había expresado en el sueño pudo ser el causante, quizá atrayendo a un ser de bajo astral, además de la hora en que ocurrió, y hasta se me ocurre que ese movimiento como de limpiaparabrisas, bien podría hacerse con ¿una cola?, un súcubo, un íncubo o una imaginación bastante fuerte de la que no me sabía capaz.

Cuando alguien te cuenta estas cosas, difícilmente lo crees, pero no puedes pasar por alto algo que tú mismo experimentaste.

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